jueves, 29 de marzo de 2018




ESCUELA  COMUNITARIA  UN  FOCO  DE  PAZ SOCIOEDUCATIVA


RESUMEN
   
Este artículo presenta, un resumen analítico y reflexivo sobre la importancia de crear cimientos sobre  la Educación para la Paz ante el deterioro de la convivencia producto de la violencia y meditar sobre el papel de la Escuela como institución abierta a el entorno comunitario, impulsora de este proceso constructivo de Paz, siendo de vital importancia la participación social, corresponsable y protagónica de la ciudadanía en el acto educativo a través de la interacción escuela-familia- comunidad; promoviendo de esta manera la apertura de espacios de diálogo, aprendizaje y acción, definidos como Espacios para la Paz.
Palabras clave: Paz, Escuela, interacción familia-escuela-comunidad, Espacios para la Paz.

ABSTRACT

This article presents an analytical and reflective summary on the importance of creating foundations on Education for Peace in the face of the deterioration of living together as a result of violence and meditating on the role of the School as an institution open to the community environment, driving this constructive process of Peace, being of vital importance the social participation, co-responsible and protagonist of the citizenship in the educational act through the school-family-community interaction; promoting in this way the opening of spaces for dialogue, learning and action, defined as Spaces for Peace.
Keywords: Peace, School, family-school-community interaction, Spaces for Peace.
INTRODUCCIÓN
     Partiendo de la pedagogía como el arte de la enseñanza,  la escuela cumple un papel preponderante en la formación del  individuo. Entre las funciones que tiene es validar el conocimiento de los individuos que se forman en ella como una manera de garantizar  el desarrollo y potenciación de sus destrezas, habilidades, conocimientos y valores adquiridos a través del tiempo en cualquier contexto social.
   
   Sin embargo, las escuelas comunitarias son espacios creados con, desde y para la propia comunidad, en base a la relación entre  agentes sociales que colaboran con ella con el claro propósito de avanzar en la superación de estas desigualdades educativas; debido a que las mismas están enmarcadas dentro del el enfoque comunitario cuyo objetivo es facilitar una plataforma que permita alcanzar una participación articulada, armoniosa y equilibrada de los actores socioeducativos en el proceso de construcción de la vida de las personas.

     Es por eso que, una escuela comunitaria se configura como un espacio de aprendizaje  necesario en el cual la comunidad participa en diversos procesos de formación como resultado de acuerdos colectivos entre todos sus miembros, produciendo encuentros que permiten asentar una cultura de solidaridad y colaboración entre todos estos agentes que participan; promoviendo de esta manera la apertura de espacios de diálogo, aprendizaje y acción, definidos en este como espacios de mediación formando los cimientos hacia una Cultura de Paz.

     Desde esa perspectiva, este objetivo se cristaliza mediante la acción mancomunada de las comunidades (y la organización comunitaria) a fin de movilizar acciones que fortalezcan los procesos educativos que superen las desigualdades así como también un aumento significativo en los aprendizajes; tomando en cuenta el papel de la escuela como institución abierta a su entorno comunitario, impulsora del proceso constructivo de Paz, siendo vital para este fin la participación corresponsable y protagónica de la ciudadanía en el hecho educativo a través de la interacción escuela-familia-comunidad.
DESARROLLO
     El enfoque comunitario es un modelo metodológico el cual nace a partir de una visión multidisciplinaria del hombre desde lo psicosocial para orientar el trabajo de las instituciones con los contextos humanos con los cuales se relaciona y hacen vida en común. Según Martinez (2006), este enfoque constituye una herramienta para el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de políticas, programas y proyectos de intervención social. Orientado a la acción, hacia la práctica del trabajo comunitario, aplicado de manera interdisciplinaria a otras áreas tales como la medicina, la psicología, la psiquiatría, la arquitectura, la ingeniería, la terapia ocupacional, salud, educación, vivienda, desarrollo urbano, pobreza, nuevas tecnologías, etc.

     Además, concibe la idea de la comunidad como base para la formulación  de  políticas,  prestación  de  servicios y la democratización  de  la  institución  educativa. Este tema no es nuevo, se ha venido planteando y desarrollando desde diferentes enfoques y movimientos sociales y educativos con el fin de garantizar la equidad y la justicia social, reclamando el compromiso y papel de la educación con el cambio social. Este accionar a la comunidad puede plantearse como un redescubrimiento que nos invita a pensar sobre la necesidad de que los vínculos escuela-comunidad sean más estrechos; formando parte de la construcción de un sueño colectivo que cada día se acercan más a lo palpable, como respuesta a las voces de los excluidos.

     Asimismo, permiten una mirada integradora hacia las instituciones que construyen las políticas públicas, en este caso el currículo educativo nacional;  pretendiendo garantizar la equidad y la justicia social mediante  una relación donde el que enseña reconozca que puede aprender de aquél al que va a enseñar, demostrando que el conocimiento y su aplicabilidad no es una potestad exclusiva de la escuela, donde todas las personas implicadas en el acto formativo se educan y a su vez son educadas de una manera democrática, es decir un aprendizaje colaborativo.

     Martinez (Op.cit.) expresa que hay tres modelos que sirven de base del enfoque comunitario. Entre ellos está el modelo de comunidad, orientado a lo común que tiene la gente en su estar en común; el modelo de redes sociales, el cual se orienta hacia el sistema de vínculos entre las personas y el modelo de práctica sociocomunitaria donde hace referencia al quehacer creativo, reproductivo y transformador.

     Sin embargo Parrilla, Muñoz y Sierra (2013) hablan de distintas denominaciones dentro de este enfoque: escuelas orientadas a la comunidad (Todd, 2007); escuelas comunitarias o de área (Halsey, 2011), escuelas de servicio completo y escuelas extendidas (Cummings, Dyson y Todd, 2007), redes educativas (Ainscow y West, 2006); escuelas integradas (Little, 2005); educación basada en la comunidad (Warren, 2007), escuelas comunitarias, etc.; apuntando a que la escuela no solamente se centran en aulas de clases sino en lo que pasa más allá de las estructuras, reflejando los diferentes modelos, metas e intensidad en la relación recíproca y productiva de sus participantes, en este caso la escuela y la comunidad de manera democrática.  

      Para Gutiérrez y Hernández (2007), la escuela comunitaria es democrática debido a que está centrada en el educando a través de una práctica pedagógica emancipadora, como una necesidad de alcanzar la libertad del hombre y de la mujer. En otras palabras representa despertar en ese ser humano una serie de habilidades y destrezas que le permita entender lo que sucede en su entorno y a su vez pueda de alguna manera darle solución a los problemas que se le presente; cuyo método fundamental para educar es el diálogo abierto, donde el estudiante sea visto como el protagonista del proceso de aprendizaje y que los docentes asuma el papel de facilitadores desde el absoluto respeto por su  dignidad.    

      Por otra parte Gutiérrez y Hernández (Op. Cit.), asevera que la gestión participativa comunidad - escuela - escuela- comunidad, produce en la diversidad; la claridad y articulación de intenciones que a la vez permite la satisfacción personal de los integrantes y el logro de los propósitos manifiestos en la nueva institucionalidad. Entre los fundamentos legales que la sustentan se inicia con el  artículo 102 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) en el cual señala: “La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria”.  Es decir, en cualquier lugar del país todo venezolano tiene derecho a la educación ya que a través de ella se fundamenta los cimientos de la sociedad. 

     Teniendo en cuenta lo establecido, en el acto educativo surge la necesidad de construir una nueva gestión, fundamentada en los principios de democracia directa, participación protagónica, corresponsabilidad, descentralización y autonomía, aspectos importantes para la toma de decisiones colectivas en la planificación, ejecución, evaluación y control de la gestión escolar por parte de los actores del hecho formativo desde una visión social (niños, niñas, adolescentes, jóvenes, docentes, madres, padres, representantes, obreros, administrativos, comunidad en general).

    Igualmente lo establecido en la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) expresando en su artículo 55 el derecho que tienen niños, niñas y adolescentes a participar activamente en el proceso educativo, así como también lo tienen madres, padres, representantes o responsables, para tal fin señala que el estado debe promover el ejercicio de este derecho, brindando información y formación apropiada a niños, niñas, adolescentes, así como a madres, padres, representantes o responsables. 
   
     Partiendo de lo antes expuesto es necesario darle participación protagónica a estos autores brindándoles espacios para su formación y organización dentro de una estructura flexible y democrática como miembros activos de la comunidad escolar y comunitaria, participando en los colectivos de formación, asambleas educativas - comunitarias, consejos educativos comunitarios, círculos de estudio, entre otros, aportando ideas, sugerencias, experiencias desde sus saberes y haceres en los debates, discusiones, toma de decisiones y formulación de propuestas de manera individual, colectiva y autónoma, generando con este tipo de gestión la articulación y coherencia de los distintos colectivos para la construcción del proyecto educativo comunitario y la formación de una nueva ciudadanía sustentada en la valoración ética del trabajo.
     Tomando en cuenta lo antes señalado, es necesario acotar que esta nueva manera de mirar la participación de los actores socioeducativos se fundamentan en principios tales como la  solidaridad: basado en el compartir ideas, intereses y necesidades de una manera colectiva superando las conductas egoístas e individualistas relacionadas con lo educativo, pedagógico, gerencial y comunitario; la cooperación: generando la colaboración del colectivo en las actividades a realizar en equipo, delegando funciones, asumiendo compromisos de acuerdo a las necesidades y realidad circundantes; la participación: mediante el ejercicio de la ciudadanía, interviniendo activamente en la planificación, ejecución, evaluación y control de las políticas educativas en los diferentes espacios: el aula, la escuela y la comunidad. 

    Aunado a esto, Gutiérrez y Hernández (Op. Cit.), expresan que tenemos de manera adicional lo contenido en el plan de desarrollo económico y social de la Nación 2001-2007, en el eje social, donde se expone lo siguiente:

 “Alcanzar la justicia social a través de ofrecer una educación de calidad para todos y todas a mediante la inclusión y la corresponsabilidad en la incorporación de nuevos actores, destacando la acción comunitaria, para la formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas y rendición de cuentas…” (p.96)
     Es decir, la participación de la comunidad juega un papel importante en las decisiones sobre las políticas públicas. Su protagonismo es ejercido mediante el liderazgo individual y colectivo como autores activos en los debates, discusiones, intercambio de experiencias y construcción de conocimientos relacionados con la organización, comunicación, investigación y formación, donde todos y todas son responsables y aprenden ejerciendo la soberanía cognitiva.

     Asimismo, esta la corresponsabilidad la cual se basada en la relación familia -escuela - comunidad, reflejada en el compartir de responsabilidades en cuanto al funcionamiento escolar en los aspectos relacionados con la organización, cuido y mantenimiento de la planta física, la participación con sentido de pertenencia para el funcionamiento escolar y de gobernabilidad autónoma, humanista y sostenible; la autogestión: sustentada en la capacidad de definir qué queremos y cómo hacerlo de manera colectiva y organizada que traiga beneficios a todos y todas de una manera justa, equitativa y productiva para el bien común y por último la autonomía: basada en la toma de decisiones individuales y colectivas de manera consensuada surgida del diálogo, el debate, la reflexión, el intercambio y la puesta en común de lo que mejor nos conviene a todos y todas.

    Para que se cristalicen todos estos argumentos, hay que tomar en cuenta un elemento muy importante que va a permitir la buena convivencia entre los actores que es buscar la Paz entre sus miembros, entendida como vivir en armonía con uno mismo, los demás y el medio ambiente durante el proceso de adquisición de valores y conocimientos, así como las actitudes, habilidades y comportamientos necesarios en colectivo. Así mismo, la educación como praxis emancipadora, tal y como la definió Freire (1989), citado por Parra (2012) es la herramienta esencial para conseguir la transformación de una cultura de la violencia a una Cultura de Paz, pero en corresponsabilidad, es decir en común - unión con la familia y la comunidad, así como las demás instituciones y organismos que conforman nuestra sociedad.

     Si bien es cierto el hecho de que los espacios para la Paz no pueden ser configurados únicamente desde una sola dimensión de la realidad, también es cierto que la escuela constituye un lugar ideal de acercamiento para iniciar las acciones de promoción en favor de la edificación de una Cultura de Paz, pues en el ambiente escolar conviven y se dan cita los diferentes actores de una comunidad: alumnos, familias, docentes, empleados, etc., quienes reproducen todos los fenómenos sociales reflejo de la vida, cultura, valores y creencias de su entorno comunitario.

   En este sentido debe asumirse a la escuela como impulsora del desarrollo de la comunidad, y desde su visión, como una institución abierta a la comunidad, promotora de la participación democrática y del intercambio entre sus integrantes, y con el medio del que forma parte; un espacio interactivo cuyo fin es contribuir al desarrollo integral de los ciudadanos intelectual, física y espiritualmente. No es una institución cerrada a la sociedad, estamos hablando de una institución que impulsa el aprovechamiento de todos los recursos (bienes, sectores, valores, tradiciones, conocimientos, personas, organizaciones), de una sociedad para la educación integral de los niños; tomando en cuenta que la educación pertenece y es esencial al desarrollo cultural, donde todos sus actores deben ser miembros activos de la cultura en la que funcionan como primer paso para la integración efectiva.

     Así mismo, la escuela no escapa al escenario vivido hoy por el resto de la sociedad con respecto a la violencia, viéndose afectados sus miembros, situación que ha llamado a la reflexión y a la búsqueda de soluciones por parte de las instituciones educativas. En la actualidad, dentro de los espacios de convivencia (familia - escuela - comunidad), está cobrando fuerza otro tipo de relación que amenaza la convivencia entre los mismos, esta relación es la "violencia."

     Matsuura (2008) comenta que el compromiso de educar para la paz puede expresarse en las siguientes líneas:
“Trabajar por un proceso educativo que signifique contribuir a alejar el peligro de la guerra, poner fin al expolio de las zonas empobrecidas del planeta, enseñar desde y para la no-violencia, aprender a considerar el conflicto como un vehículo de cambio si sabemos resolverlo sin recurrir a la violencia, integrar al alumnado en un proceso de transformación de la sociedad hacia la justicia y a la armonía (p.8)”.
     Es decir, fomentar en el individuo una Cultura para la Paz para alejarlo de la violencia y de los actos violentos usando la mediación como recurso hacia la justicia, la armonía y el amor hacia sus semejantes desde el respeto y la consideración en su entorno, ya que la educación es un procedimiento participativo e intuitivo de orientación, aprendizaje y de transformación.

     Para Java (2016) la Educación para la Paz es la educación general de cada persona.  Esta debe incluir a todos los estudiantes, los excluidos y los jóvenes nómadas, los niños de las minorías y debilitados; al igual que los docentes, a todos los asociados en educación incluyendo el personal de los servicios y a la comunidad en general debido a que todos son significativos dentro del proceso para crear y potenciar una sociedad más competente y capaz de solucionar sus conflictos. Según Parra (2012) la  Paz debe construirse en la Cultura y en la estructura social, no sólo en la mente humana. Este nuevo momento de construcción de la convivencia en los espacios relacionales demanda la participación social de todos y cada uno de sus actores de una manera armónica y sobre todo el accionar hacia el fomento de una Cultura de Paz.
CONCLUSIONES
      En estos tiempos es necesario promover la toma de conciencia y el compromiso de participar en el hecho educativo y en la importancia de que deben establecerse las relaciones, condiciones institucionales y consensos que favorezcan la participación para el logro de las transformaciones que aspiran las personas. Formar y capacitar a los actores sociales por y para la educación: docente, familia y comunidad, en su fortalecimiento, empoderamiento y para la acción transformadora; donde los docentes son actores sociales del progreso y tienen una participación imperante y extraordinaria en la educación para la paz, plantando semillas de congruencia y unión entre las mentes de los estudiantes.

     Por consiguiente la invitación es a concebir a la escuela como parte del medio al que pertenece, una institución dispuesta a abrir sus puertas a la comunidad, para que ésta construya y multiplique los espacios para la paz, es decir, los espacios de diálogo reflexivo, de aprendizaje y participación, que permitan el proceso de edificación de una Cultura para la Paz en nuestra sociedad y su promoción, con el propósito de motivar, formar, fortalecer y concientizar a la población sobre su derecho y corresponsabilidad de participar en el hecho educativo, siendo la educación la clave de esta construcción impulsada desde la escuela, en unión con la familia y la comunidad, en otras palabras en un foco de paz socioeducativa.

REFERENCIAS
______Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009). AÑO CXXXVI—MESV Caracas, N°5.908 Extraordinario. Online. Disponible en: http://www.asambleanacional.gob.ve/documentos_archivos/constitucion-nacional-7.pdf. Consultado en: 2018, marzo
Gutiérrez J. y Hernández B. (2007). Escuela comunitaria y educación popular: eslabones del poder popular. Online. Disponible en: https://www.aporrea.org/educacion/a29309.html. Consultado en: 2018, marzo 27
Java N. (2016). Educación de Valor para la Paz. International Research journal Of India. Revista ISSN 2457-8707. Volumen I, Issue-XII. Online. Disponible en:http://irji.in/images/Niveditha%20Jadav-ilovepdf-compressed.pdf. Consultado en: 2018, marzo 27.
______Ley Orgánica de Niños, Niñas y Adolescentes (2017). Online. Disponible en: https://apunteslegalesblog.wordpress.com/2017/06/20/la-ley-organica-para-la-proteccion-del-nino-nina-y-adolescente-lopnna-generalidades/. Consultado en. 2018, marzo 29.
Martinez V. (2006). El Enfoque Comunitario. Estudio de sus modelos de base. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile. Online. Disponible en: epositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/122235/martinez-ravanal_el-enfoque-comunitario.pdf?sequence=1. Consultado en: 2018, marzo 29.
Matsuura, K. (2008). Foreword. In: J.S. Page Peace Education: Exploring Ethical and Philosophical Foundations. Charlotte: Information Age Publishing.
______Plan de la Nación 2007-2017 (2013). Online. Disponible en: http://www.mppp.gob.ve/wp-content/uploads/2013/09/Plan-de-la-Naci%C3%B3n-2001-2007.pdf. Consultado en: 2018, marzo 29.
Parra de Pérez, N. (2012). Construcción de la Cultura de Paz en las Escuelas: un reto para América Latina. Artículo. Online. Disponible en: http://vinculando.org/educacion/construccion-de-la-cultura-de-paz-en-las-escuelas-un-reto-para-america-latina.html.  Consultado: 2018, febrero 23
Parrilla Á., Muñoz-Cadavid Mª y Sierra S. (2013). Proyectos Educativos con Vocación Comunitaria. Revista de Investigación en Educación nº 11 (3), online. Disponible en: Dialnet-ProyectosEducativosConVocacionComunitaria-4735090. Pdf. Consultado en: 2018, marzo 16.



Nota Biográfica de la Autora
Mariela de los Ángeles Guzmán Gutiérrez (Venezuela).
Doctorante en Ciencias de la Educación (UBA) (En Proceso); Magister en Gerencia Educativa (UBA); Profesora en Artes Industriales en el IUPMA. Con 20 años de experiencia en la Empresa Privada.


12 comentarios:

  1. Saludos Mariela, tu articulo sobre la escuela comunitaria como foco de paz socioeducativa, evidencia lo relevante de una educación para la paz que trasciende de la escuela y se proyecta a la comunidad; un razgo que complementa la misma acción comunitaria de la escuela y asi mismo exhorta a focalizar el interes y participación de los miembros de las comunidades y familias, pues los mismos suelen estar desmotivados y desvinculados de la participación activa. Además, esto debe contar con el fundamento de una educación social y popular que se plantee objetivos pedagógicos sustentados en la pedagogia emancipadora de Paulo Freire, lo que generaría una convivencia pacifica tanto en las comunidades como en las escuelas.

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    1. Ese es el gran trabajo que tenemos los educadores, sembrar la semilla de la cultura de Paz a cada uno de nuestros estudiantes para que ellos sean multiplicadores en sus hogares y en su comunidad; para que se apropien y se vinculen en todas las actividades que se desarrollen.

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  2. La escuela comunitaria se hace presente en cada logro adquirido por la compenetración entre la institución educativa en sí y la propia comunidad. Podría traer a locución, por ejemplo, la implementación de los acuerdos de convivencia, dichos acuerdos deben ser formulados en colectivo con la intención de promover y resguardar la paz social entre todos los actores del quehacer educativo bajo el principio de corresponsabilidad que nuestra Constitución y Ley Orgánica de Educación establecen. Pero más allá de la norma está la apropiación de la misma, que es donde se recalca el aspecto educativo; nada se hace con tener archivado los acuerdos si no se realiza el esfuerzo por concienciar y sensibilizar en pro de la adquisición y desarrollo de valores comunes entre la escuela y la comunidad, padres y representantes conjuntamente con docentes y demás personal que labora en la recinto para que nuestro niños y niñas y adolescentes se incorporen al carril de la ciudadanía.

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    1. Es muy cierto lo que comentas, sobre el esfuerzo por concienciar, sensibilizar y hacer cumplir los valores y normativas para la escuela y la comunidad, también a esto se añade la falta de participación, compromiso y responsabilidad de cada uno de los padres y representantes por sus representados, solo le dejan el trabajo al docente en la formación de valores, reglas y principios éticos. Este es un trabajo duro, agotador y de hormiguita, tratar de guiar a cada uno de ellos en la incorporación al carril de la ciudadanía.

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  3. La participación ciudadana en las decisiones y acciones de la educación no es un lujo o una opción: es condición indispensable para sostener, desarrollar y transformar la educación en las direcciones deseadas. buen articulo.

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    1. En estos tiempos difíciles la participación se hace imperante sobre todo para transformar las mentes y los corazones de las personas; a que aprendamos a tolerarnos aunque tengamos ideales diferentes como vía hacia la concepción de la Paz que tanto necesitamos. Gracias por tu comentario.

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  4. Excelente tema Mariela, además muy importante en la Venezuela de hoy, donde necesariamente debemos hacer algo para frenar el deterioro de los valores, sobre todo en la familia. Creo firmemente que la triada familia, escuela y comunidad deben trabajar mancomunadamente para lograr espacios para el desarrollo de la educación para la paz, espacios de sana convivencia.
    Felicitaciones por tu tema. saludos

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    1. Gracias por tu interés en el tema. espero que sirva de insumo a toda la comunidad científica... Saludos

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  5. Considero relevante y de actualidad tu tema, dado que la escuela comunitaria la podemos concebir como un espacio de aprendizaje y promotor para la paz, donde sus miembros interaccionen, cada uno de ellos, produciendo acuerdos que permitan conformar una cultura de solidaridad entre todos. Siendo los actores de la propia comunidad, quienes intervengan en el fortalecimiento de vínculos de colaboración con sus comunidades y el entorno educativo, a fin de promover mecanismos que exalten acciones que disminuyan los conflictos y la violencia. Por consiguiente, la escuela comunitaria asume un rol protagónico, en nuestros tiempos, dirigidos hacia los avances significativos, en la construcción y fortalecimiento de una cultura de paz, lo que requiere que las instituciones educativas y las comunidades, generen lazos de colaboración entre ellas, para avanzar en pro de la igualdad y la paz socio educativa.

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  6. Es justo y necesario que la escuela comunitaria desde cada espacios formativos analice, internalice, profundice y difunda los valores de solidaridad, pero sobre todo la tolerancia entre los actores que hacen vida en las comunidades y se le considere un elemento importante para la cristalización y manifiesto de una cultura de paz Socioeducativa. Gracias por tu comentario.

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  7. Buenas Noches, excelente produccion Mariela, hoy por hoy los espacios formales e informales de prolongacion socioeducativa, exigen la satisfaccion de necesidades cognoscitivas, para el empoderamiento inteligible y vivencial, con miras de mejorar la integracion y empatia civilizatoria en diversos entornos, en los cuales los niveles del hacer y relacionarse desde la integralidad educativa deben darse como complementareidad a procesos de la familia y la escuela. Saludos de parte del Dr Benny Marquez

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  8. Gracias Dr. por su comentario. Saludos Fraterno

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